A pesar de no conseguir observar las especies que han motivado nuestra excursión, en l'Albufera de Valencia es posible considerar cualquier jornada ornitológica un rotundo éxito.
Ayer viernes realicé una escapada a nuestro lago con la intención de localizar al aguilucho papialbo
y hoy nos hemos pegado el madrugón con ganas de encontrar el águila moteada que ayer pudieron disfrutar algunos amigos y, como ya habréis podido deducir, ni los unos, ni la otra; nada de nada pero, sin ninguna duda, puedo decir que no tengo ni un ápice de sensación de fracaso.
Los animales salvajes van y vienen según sus necesidades e instinto y si no podemos observar a unos siempre encontraremos un sinfín de alternativas que nos proporcionarán extraordinarias sensaciones, o acaso no es un auténtico disfrute el ver corretear de un lado a otro en busca de insectos al bisbita alpino...
o a la sencilla y elegante lavandera blanca,
Y cuando te encuentras con una rapaz que te mira a los ojos como este busardo ratonero,
o este cernícalo vulgar...
y que decir si tienes ocasión de ver como se alimentan con alguna presa...
... tremendo espectáculo.
Y cuando tenemos el placer de observar y captar sus majestuosos vuelos...
potencia, elegancia y sobriedad...
Pero además de la indiscutible belleza de las rapaces, también podemos encontrar otro tipo de situaciones que nos conmoverán...
como esta rosada nube de cientos (¿miles?) de flamencos comunes,
o el brillante e iridiscente aleteo de los moritos comunes que
también llegan a formar enormes bandadas que llenan el horizonte del lago.
La belleza está por todas partes, en esos grandiosos cardúmenes de aves que evolucionan por el cielo con sus cambiantes formas y volúmenes, pero también en los individuos que, de forma aislada, podremos observar regalándonos los sentidos con su cantos, brillos y colores, desde los más pequeños como el ruiseñor pechiazul,
el veloz martín pescador (martina en este caso),
el tan hermoso como abundante morito común,
o la sobriedad y elegancia de las grandes garzas reales.
Belleza evidente, que salta a nuestros ojos en todo el recorrido de nuestro paseo, pero cuando además somos capaces de encontrar esos pequeños tesoros ocultos por el mimetismo y la distancia la satisfacción aumenta exponencialmente, como cuando hemos localizado a los chorlitos dorados en medio del fangal,
o en el momento que hemos descubierto un grupo de agujas colinegras en medio de una bandada de gaviotas reidoras en un arrozal.
Tranquilidad, equilibrio, placer y camaradería, ¿alguien recuerda a qué hemos venido a l'Albufera?
Circus macrourus, l'Albufera, 12-8-2016.
y a los grupos de cigüeñas negras y buhos campestres que pudimos observar hace algunas semanas,
Asio flammeus, l'Albufera, 12-8-2016.
y hoy nos hemos pegado el madrugón con ganas de encontrar el águila moteada que ayer pudieron disfrutar algunos amigos y, como ya habréis podido deducir, ni los unos, ni la otra; nada de nada pero, sin ninguna duda, puedo decir que no tengo ni un ápice de sensación de fracaso.
Los animales salvajes van y vienen según sus necesidades e instinto y si no podemos observar a unos siempre encontraremos un sinfín de alternativas que nos proporcionarán extraordinarias sensaciones, o acaso no es un auténtico disfrute el ver corretear de un lado a otro en busca de insectos al bisbita alpino...
Anthus spinoletta, l'Albufera, 01-13-2017
o a la sencilla y elegante lavandera blanca,
Motacilla alba, L'Albufera, 01-13-2017
Y cuando te encuentras con una rapaz que te mira a los ojos como este busardo ratonero,
Buteo buteo, l'Albufera, 01-13-2017.
o este cernícalo vulgar...
Falco tinnunculus, l'Albufera, 01-13-2017.
y que decir si tienes ocasión de ver como se alimentan con alguna presa...
Aquila pennata, l'Albufera, 01-13-2017.
... tremendo espectáculo.
Buteo buteo, l'Albufera, 01-14-2017.
Y cuando tenemos el placer de observar y captar sus majestuosos vuelos...
Circus aeruginosus, l'Albufera, 01-14-2017.
potencia, elegancia y sobriedad...
Circus aeruginosus, l'Albufera, 01-14-2017.
Pero además de la indiscutible belleza de las rapaces, también podemos encontrar otro tipo de situaciones que nos conmoverán...
Phoenicopterus roseus, l'Albufera, 01-14-2017.
como esta rosada nube de cientos (¿miles?) de flamencos comunes,
Plegadis falcinellus, l'Albufera, 01-13-2017.
o el brillante e iridiscente aleteo de los moritos comunes que
Plegadis falcinellus, l'Albufera, 01-13-2017.
también llegan a formar enormes bandadas que llenan el horizonte del lago.
La belleza está por todas partes, en esos grandiosos cardúmenes de aves que evolucionan por el cielo con sus cambiantes formas y volúmenes, pero también en los individuos que, de forma aislada, podremos observar regalándonos los sentidos con su cantos, brillos y colores, desde los más pequeños como el ruiseñor pechiazul,
Luscinia svecica, l'Albufera, 01-14-2017.
el veloz martín pescador (martina en este caso),
Alcedo atthis, l'Albufera, 01-13-2017.
el tan hermoso como abundante morito común,
Plegadis falcinellus, l'Albufera, 01-13-2017.
o la sobriedad y elegancia de las grandes garzas reales.
Ardea cinerea, l'Albufera, 01-13-2017.
Belleza evidente, que salta a nuestros ojos en todo el recorrido de nuestro paseo, pero cuando además somos capaces de encontrar esos pequeños tesoros ocultos por el mimetismo y la distancia la satisfacción aumenta exponencialmente, como cuando hemos localizado a los chorlitos dorados en medio del fangal,
Pluvialis apricaria, l'Albufera, 01-14-2017.
o en el momento que hemos descubierto un grupo de agujas colinegras en medio de una bandada de gaviotas reidoras en un arrozal.
Limosa limosa y Chroicocephalus ridibundus, l'Albufera, 01-14-2017.
Tranquilidad, equilibrio, placer y camaradería, ¿alguien recuerda a qué hemos venido a l'Albufera?
Saxicola rubicola, l'Albufera, 01-13-2017. |
La satisfacción de lo sencillo, de lo cotidiano, de lo nuestro.
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