jueves, 12 de enero de 2017

Duelo en el atardecer manchego. 11 de enero de 2017.

He de reconocer que soy un auténtico privilegiado, por muchas razones; tengo un trabajo que, a pesar del alto nivel de exigencia, me permite organizar mi tiempo y, como ayer, me facilita el utilizar el viaje de vuelta de mi jornada laboral para disfrutar de la fantástica biodiversidad de las llanuras cerealistas manchegas.

Tras visitar a mis clientes en Albacete inicié el viaje de vuelta a Valencia desviándome en Chinchilla hacia Pétrola. En un bosquete en el que tenía localizado un charco realicé mi primera parada que resultó un tanto decepcionante, apenas tuve ocasión para fotografiar un lejano ejemplar de escribano montesino



y una familia de gorriones comunes que tomaba el sol de la tarde sobre el tejado de una masía.



Viendo que pasaba el tiempo y que la luz iba menguando emprendí camino hacia Pétrola y al pasar por las lagunas de Horna, además de fochas, gallinetas, andarríos y un aguilucho lagunero, vi este limícola que aun no he averiguado que es, ¿quizás un macho de combatiente?



Tampoco pude hacerle más ni mejores fotos dado que estaba detenido en la misma carretera sin posibilidad de apartarme lo necesario. Ante esta circunstancia reemprendí la marcha hacia Pétrola.

Las nubes habían vuelto a quitarle el protagonismo al sol y corría un viento fresquito que seguramente hacía que la fauna buscase los lugares de más abrigo, no obstante, al llegar al entorno de la laguna, pude disfrutar con la presencia de algunas cogujadas montesinas,



un simpático colirrojo tizón,



un ruidoso grupo de pardillos comunes,



la hermosa y siempre visible tarabilla europea y,



ya en la misma laguna, de un hambriento andarríos chico que no levantó la cabeza, ni por un instante, ocupado como estaba en la búsqueda del sustento.



También anduvieron sobrevolando el ámbito de la laguna un par de aguiluchos laguneros de los que no pude hacer ni una sola foto mínimamente aceptable.

La luz seguía reduciéndose y mis ganas por encontrar algunas especies que alguien había comentado ver en los días precedentes por la zona me forzaban a seguir moviéndome, en este caso, hacia Corral rubio.

El desplazamiento resultó de lo más fructífero ya que tuve ocasión de disfrutar de la presencia de un aguilucho pálido y otro aguilucho lagunero a los que no me dió tiempo a fotografiar, aunque unos metros más adelante me estaba esperando, posada sobre la desvencijada chimenea de una casa abandonada, una magnífica águila real



que, evidentemente, salió volando en el momento detuve el vehículo para intentar captar su majestuosidad con mi cámara. A pesar de su marcha la miniexcursión ya había valido mucho la pena, tantas y espectaculares especies en un lapso tan corto de tiempo y en apenas diecisiete kilómetros recorridos...

Pero la generosidad de la naturaleza es inmensa y aun me tenía preparada una sorpresa mayúscula apenas quinientos metros más adelante, un grupo de machos de avutarda común se habían dado cita para hacer una rueda en la que determinar quién sería el encargado de transmitir su carga genética. De los cuatro ejemplares dos ya estaban enfrentados, acercando sus caras sin perderse ni un instante la mirada. Por momentos la proximidad aumentaba y aparecían los primeros amagos de agresión, sus cuerpos mostraban el máximo volumen posible y, de repente, los empujones y picotazos, un amasijo de plumas deambulando por el llano...


Espero que las 122 fotografías de este GIF os hayan permitido haceros una idea de como fue el primer asalto.
Tras la refriega volvió la calma tensa, las miradas y los desafíos, la reproducción es algo muy serio, después las aproximaciones y amagos para, posteriormente, volver con la pelea. Hasta en tres ocasiones vi a través del objetivo el mismo proceso. Cuatrocientas sesenta fotografías hice hasta que en el fragor del tercer asalto desaparecieron los contendientes por un pequeño talud. Aun les podía oír pero ya no los volví a ver aparecer. Magnífico espectáculo el que me regalaron, creo que, como ya os he dicho antes, soy un auténtico privilegiado.

Reemprendí la marcha hacia Corral Rubio sin intención de detenerme pero ¿como iba a hacerle el feo a un alcaudón real?



¿Como no detenerme un instante para echar un vistazo en la laguna que hay a la salida de Corral Rubio en dirección a Bonete?


Cuchara común.
Si tenemos en cuenta que la carretera pasa justo por enmedio...


Ánade azulón o real
Tras este espectacular paseo aun tuve tiempo de llegar a Valencia y visitar a un par de clientes, a los que, como podéis imaginar, conté algunas de las extraordinarias situaciones que había vivido esa misma tarde.

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