domingo, 29 de enero de 2017

De pajareo con Chema. Almenara, 28 de enero de 2017.

Con amigos siempre es mejor y si además son de los que tienen la generosidad por bandera la experiencia se torna insuperable.

Chema andaba con ganas de pajarear, con muchas ganas. Una punta de trabajo le está robando horas de familia y naturaleza por eso, apenas ha terminado su jornada sabatina, tenía pensado dirigirse a Almenara a hacer lo que más le satisface, pero ha cometido el error de decírmelo y le he modificado ligeramente los planes; en lugar de ir directamente a su zona de campeo ha tenido que pasar a comer conmigo, recogerme y llevarme con él a visitar sus rincones de observación. Así somos los amigos.

Aprovechando las posibilidades de su todo terreno hemos podido recorrer algunas de las carreteras que continúan inundadas y acceder a lugares donde la tranquilidad ha impuesto su ritmo. Algunos esquivos carricerines reales, petirrojos, bisbitas pratenses y mosquiteros comunes se han acercado a visitarnos, aunque en esta ocasión solo pude fotografiar al inquieto "mosqui".



El paseo nos ha conducido a la zona donde Chema tuvo ocasión de fotografiar al bisbita de Richard, pero hoy no hemos sido capaces de localizarlo teniendo, eso si, la posibilidad de disfrutar con otros especímenes.



El verderón común, sin llegar a colaborar plenamente, fue objeto de seguimiento de nuestras cámaras.

Podíamos percibir la inquietud de las aves por su susceptibilidad y la distancia que interponían con nosotros, es lo que tienen los días de caza, a pesar de ello tuvimos la posibilidad de realizar algunas tomas, lejanas, al martín pescador.



Unos cientos de metros más adelante, posado sobre un árbol junto al canal, el cernícalo vulgar nos permitió disfrutar de su belleza.



También andaba al acecho, luciendo sobria y elegante, la garceta común.



Por la orilla del canal, entretenido en sus quehaceres alimentarios, correteaba un bisbita común



mientras su "primo", el bisbita alpino, vigilaba haciendo equilibrios desde sus percha.



A contraluz, como si en condiciones normales no resultase complicado fotografiarla, la abubilla correteaba en busca del sustento.



Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo cuando se está a gusto, apenas disponíamos ya de una hora escasa de luz y Chema quería llevarme a uno de sus rincones preferidos. De camino un alcaudón real aparece ante nosotros y no queremos dejar pasar la ocasión de hacerle alguna instantánea.



Ya en su observatorio pudimos escuchar, intuir y apenas vislumbrar al rascón europeo. Las fochas comunes deambulaban por la otra orilla de la laguna ajenas a nuestra presencia mientras alguna intrépida gallineta común se lanzaba a cruzarla. Un zampullín chico y un calamón común, que se asomaron por lo que merced a las lluvias había dejado de ser un camino, amenizaron nuestra parada. 

El aguilucho lagunero y el martín pescador también se animaron a saludarnos aunque, como en el caso de todos los anteriores, tampoco nos concedieron la posibilidad de obtener ni una sola fotografía mínimamente decente.

Buena conversación, programación de nuevas salidas y un precioso atardecer en el Marjal de Almenara son placeres al alcance de los privilegiados que se atreven a disfrutarlos.













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