Chema me llamó ayer para ver si salíamos a pajarear hoy y yo le comenté lo que había visto en la página de AEMET; ante ese posible panorama decidimos no madrugar y darnos cita para almorzar y decidir donde íbamos.
El día ha amanecido encapotado pero con las nubes reticentes a las precipitaciones así que, después de dar buena cuenta de los suculentos bocatas de la Nova, nos hemos encaminado hacia Almenara para recorrer de cabo a rabo todo su territorio.
No voy a entrar en detalles del nivel de disfrute que nos ha proporcionado la salida de hoy, solo decir que hay pocas cosas tan buenas y gratificantes.
La luz no era la más adecuada, por momentos escasa, y el viento también hacía de las suyas, si no que le pregunten a la avefría europea que hemos localizado nada más llegar. Por momentos iba de lado, la pobre, a pesar de estar posada en el arrozal. A pesar de ello lucía esplendorosa.
No puedo decir lo mismo de una de las aves más bonitas que tenemos por aquí, hoy el martín pescador común que se ha prestado a posar lo ha hecho lejos y en un entorno poco amable para los objetivos.
Otros, como los escribanos palustres, han puesto algo más de su parte a la hora de lucir palmito.
El ruiseñor pechiazul nos ha propuesto distintos emplazamientos para poder elegir el que más nos gustara.
Más complicado nos lo han puesto los gorriones comunes, escondidos como estaban entre las ramas,
del mismo modo que los pinzones vulgares que en ningún momento nos han querido regalar la vista con su hermosura.
Más generoso se ha mostrado un macho de curruca cabecinegra que
compartía su rincón con otro macho de colirrojo tizón
y una lavandera cascadeña.
Sobre ellos, de forma casi presidencial, asomando apenas su cabeza tras un pequeño murete, aparecía radiante el rostro de un cernícalo vulgar.
Aunque hablando de rapaces, el que nos ha dejado ojipláticos ha sido, sin lugar a dudas, un aguilucho lagunero que portaba su almuerzo entre las garras
para devorarlo relajadamente en una alejada islilla.
Otras garcetas comunes lucían mejor que la que llevaba el lagunero entre sus garras, incluso también daban buena cuenta de su aperitivo.
Buen provecho.
Sus primas, las garcillas bueyeras, también rondaban por el arrozal a la espera de que el agricultor retomará el fangueo,
como también estaban con ganas de aprovechar la ocasión los moritos comunes,
y los bisbitas comunes.
En esa vorágine alimenticia también disfrutaban, aunque en otro ámbito, los mosquiteros comunes.
Nos sorprendió no ver a las gaviotas reidoras compartiendo el festín, pero nos resultó muy gratificante ver pasar por allí un gaviota de Audoin.
Las fochas comunes, en una laguna próxima, procuraban pasar desapercibidas.
Aunque los que si han querido pasar desapercibidos han sido, como siempre, los rascones europeos, pero en esta ocasión el rápido ojo de Chema, asistido por su veloz dedo, ha sido capaz de capturar la imagen de uno ellos..., pero eso ya os lo contará él.
Buena salida, sí señor. Y bonitas fotos. No me imagino a un lagunero cogiendo a la garceta viva.
ResponderEliminarEspectacular lagunero y presa. El gorrion es comun.
ResponderEliminarSaludos camperos!