Hay que tener muchas ganas de pajarear para ir dos días seguidos al mismo lugar y muchas más si para ello hay que pegarse el gran madrugón teniendo por delante otra jornada kilométrica, tanto por la duración de la misma como por los más de quinientos kilómetros a recorrer.
Pero cuando se tiene la certeza de que las expectativas, aun siendo muy ambiciosas, se van a cumplir, cuando el grupo humano con el que se va a compartir la salida es excepcional y además acompaña la climatología... ¿qué importa un madrugón?
A las seis de la mañana nos poníamos en marcha hacia Hoya Gonzalo donde nos esperaba "Cañi" que gentilmente se había ofrecido a guiarnos en busca de las estepáricas. Yo, satisfecho con haber podido ver y fotografiar las gangas ibéricas, me frotaba las manos con lo que podríamos llegar a disfrutar durante la jornada contando con un cicerone del "nivelazo" de nuestro amigo.
A las siete y media llegábamos a nuestra cita con "Cañi" y sin más preámbulos que unos sentidos abrazos de camaradas nos dirigimos al campo en busca de la fauna local.
En el mismo lugar que el viernes, pero algo más alejadas, se encontraban las gangas ibéricas por lo que no fue posible fotografiarlas teniendo que conformarme con las tomas del día anterior.
Algo más allá, lejísimos, se intuía un sisón común. Detrás de nosotros, también a gran distancia pero asumible para los prismáticos, campaba un grupo no muy nutrido de avutardas. Caramba, a pesar de no haber podido hacer ni una foto no empezaba nada mal el día.
Tras el impresionante inicio del paseo decidimos movernos para continuar disfrutando de tan fantástico entorno y tan exuberante fauna. Otra sorpresa saltó de inmediato ¡La primera collalba gris de la temporada!
Los alaudidos celebraban con sus cantos la incipiente bonanza climatológica, las calandrias comunes
y las cogujadas comunes se dejaban ver entre los sembrados,
entre los que también correteaban por parejas las perdices rojas.
Seguimos recorriendo los campos en busca de alguno de los grupos de avutardas que habíamos visto en lontananza y en un momento en el que nos detuvimos para otear el horizonte con nuestros prismáticos resultó que, a escasos metros de nuestro vehículo, nos estaban mirando desconfiadas una pareja de gangas ortegas... ¡Qué pasada!
Pero es que además, a través de los prismáticos, un grupo de machos de avutarda en estado "pre-primaveral" empezaban mostrar sus plumajes hinchados y exuberantes.
Y más alla, sin posibilidades de poder obtener una imagen aceptable, otro sisón común disfrutaba de la tranquilidad de la campiña.
¡¿Qué más se puede pedir en un paseo de poco más de tres kilómetros y un par de horas...?! ¿Ver un alcaraván? Pues... concedido, prismáticos y alcaraván común.
Si, de acuerdo, las fotografías no son de gran calidad, pero que nos quiten lo "bailao", un gustazo el haber podido disfrutar con las cinco grandes esteparias de nuestra península en apenas media mañana ¡Que barbaridad!
Ya podíamos irnos a almorzar tranquilos además nuestro cicerone, muy a su pesar y al nuestro, tenía que dejarnos por cuestiones familiares.
El resto del día siguió por los mismos derroteros, satisfacción absoluta por las especies que íbamos avistando y algo menos de fortuna con la posibilidad de fotografiarlas, al menos en mi caso ya que al ir conduciendo mis posibilidades se reducían.
La verdad es que la Mancha de Montearagón ofrece a los aficionados a la ornitología infinidad de posibilidades y contrastes, esteparias, acuáticas, rapaces... un sin fin de especies en un área relativamente pequeña;
coloridos flamencos comunes,
sobrios aguiluchos laguneros,
preciosas abubillas,
alegres escribanos trigueros,
limícolas como los combatientes o
preciosos patos como los tarros blancos.
Amigos, naturaleza, belleza..., cosas sencillas que encontramos ahí, junto a nosotras; elementos que nos aproximan a nuestros orígenes y que nos reconcilian con nuestra genuina identidad.
Así, intensa y gratificante, resultó esta fantástica jornada con amigos por La Mancha de Montearagón.
martes, 14 de marzo de 2017
domingo, 12 de marzo de 2017
Con amigos por La Mancha de Montearagón (I)
¡Vaya dos días intensos que he podido disfrutar pajareando por La Mancha de Montearagón!
El viernes, al acabar con mis obligaciones laborales por la ciudad de Albacete, me encaminé hacia Hoya Gonzalo con la ilusión de poder localizar las gangas ibéricas que el buen amigo Manolo me había indicado a través de una reseña por el móvil. No hay nada mejor que un buen amigo. Llegar y alucinar.
Justo en el lugar exacto donde me había indicado... las asombrosas gangas ibéricas. De hecho me di cuenta de que había llegado al punto indicado porque esas preciosidades se encontraban en la orilla del camino y, con el paso lento de mi vehículo, habían iniciado su lenta, discreta y sigilosa marcha. Para no levantarlas decidí no frenar y alejarme un centenar de metros para dar la vuelta y preparar la cámara.
Ellas, sin prisa pero sin pausa, habían puesto tierra de por medio sin, como yo había intentado, levantar el vuelo.
Las fotos no son excepcionales pero yo disfruté treméndamente haciéndolas y contemplando a esta hermosa esteparia tan nuestra.
Ya podía irme tranquilamente a casa, el máximo objetivo de la jornada estaba holgadamente conseguido, pero, evidentemente, encontrándome en un lugar tan extraordinario, con buena luz y una dosis de optimismo tan desbordante, decidí seguir disfrutando de las tres horas que tenía por delante.
Apenas me alejé de las gangas encontré a otras amigas a las que nos les gusta demasiado ser descubiertas, las calandrias comunes que, con alguna que otra dificultad, me permitieron obtener alguna imagen suya.
Seguí mi paseo por los campos de Hoya Gonzalo en dirección a Villar de Chinchilla y ya muy cerca de esta localidad un escribano triguero me ofreció sus dos perfiles para que yo decidiese cual de ellos era el "bueno". Os traslado el encargo.
Yo creo que no tiene ninguno de los dos perfiles malo.
Tras atender la propuesta del triguero me acerqué a la charca de las agachadizas aunque, cosas de la migración, mis amigas ya no estaban por allí sin embargo, para mi disfrute, un rascón se asomó entre el carrizo para darme fugazmente las buenas tardes.
Más allá, hurgando en la vegetación, los jilgueros me regalaron la vista con su llamativo colorido a pesar de la distancia.
Los que me da la sensación de que nunca se marcharán del entorno de esta charca son los conejos comunes que se encuentran a sus anchas, como así lo demuestra la gran cantidad que siempre se puede ver.
Saliendo del pueblo, sobre la misma carretera, las tórtolas turcas no dudaron en posar luciendo su sobria belleza.
Como Chema me había comentado su intención de venir a esta zona al día siguiente, y yo todavía no tenía muy claro si iba a poder acompañarle, quise hacer un recorrido amplio para trasladarle todo aquello que viese con la finalidad de facilitarle la visita.
Pétrola se encuentra muy cerca de Villar de Chinchilla y su potencial ornitológico es tremendo por lo que ese fue mi siguiente destino. Lo primero fue acercarme al rinconcito de los limícolas, ese pequeño espacio en el que siempre encuentro varias especies para observar y que, como no podía ser de otro modo, me proporcionó la posibilidad de obtener algunas imágenes con relativa cercanía como la de esta paloma bravía,
o la de este bisbita alpino,
o la de este chorlitejo chico,
o la de este archibebe común,
o la de este precioso ejemplar de combatiente.
El resto de la tarde anduve paseando por la zona localizando los bandos de avutardas para indicárselos a los compañeros que se iban a desplazar al día siguiente.
Ya de vuelta, tras una serie de llamadas telefónicas, confirmé que yo también sería de la partida y, a pesar del tremendo madrugón, disfrutaría de una extraordinaria jornada ornitológica con buenos amigos. Pero esto ya os lo contaré otro día...
El viernes, al acabar con mis obligaciones laborales por la ciudad de Albacete, me encaminé hacia Hoya Gonzalo con la ilusión de poder localizar las gangas ibéricas que el buen amigo Manolo me había indicado a través de una reseña por el móvil. No hay nada mejor que un buen amigo. Llegar y alucinar.
Justo en el lugar exacto donde me había indicado... las asombrosas gangas ibéricas. De hecho me di cuenta de que había llegado al punto indicado porque esas preciosidades se encontraban en la orilla del camino y, con el paso lento de mi vehículo, habían iniciado su lenta, discreta y sigilosa marcha. Para no levantarlas decidí no frenar y alejarme un centenar de metros para dar la vuelta y preparar la cámara.
Ellas, sin prisa pero sin pausa, habían puesto tierra de por medio sin, como yo había intentado, levantar el vuelo.
Las fotos no son excepcionales pero yo disfruté treméndamente haciéndolas y contemplando a esta hermosa esteparia tan nuestra.
Ya podía irme tranquilamente a casa, el máximo objetivo de la jornada estaba holgadamente conseguido, pero, evidentemente, encontrándome en un lugar tan extraordinario, con buena luz y una dosis de optimismo tan desbordante, decidí seguir disfrutando de las tres horas que tenía por delante.
Apenas me alejé de las gangas encontré a otras amigas a las que nos les gusta demasiado ser descubiertas, las calandrias comunes que, con alguna que otra dificultad, me permitieron obtener alguna imagen suya.
Seguí mi paseo por los campos de Hoya Gonzalo en dirección a Villar de Chinchilla y ya muy cerca de esta localidad un escribano triguero me ofreció sus dos perfiles para que yo decidiese cual de ellos era el "bueno". Os traslado el encargo.
Yo creo que no tiene ninguno de los dos perfiles malo.
Tras atender la propuesta del triguero me acerqué a la charca de las agachadizas aunque, cosas de la migración, mis amigas ya no estaban por allí sin embargo, para mi disfrute, un rascón se asomó entre el carrizo para darme fugazmente las buenas tardes.
Más allá, hurgando en la vegetación, los jilgueros me regalaron la vista con su llamativo colorido a pesar de la distancia.
Los que me da la sensación de que nunca se marcharán del entorno de esta charca son los conejos comunes que se encuentran a sus anchas, como así lo demuestra la gran cantidad que siempre se puede ver.
Saliendo del pueblo, sobre la misma carretera, las tórtolas turcas no dudaron en posar luciendo su sobria belleza.
Como Chema me había comentado su intención de venir a esta zona al día siguiente, y yo todavía no tenía muy claro si iba a poder acompañarle, quise hacer un recorrido amplio para trasladarle todo aquello que viese con la finalidad de facilitarle la visita.
Pétrola se encuentra muy cerca de Villar de Chinchilla y su potencial ornitológico es tremendo por lo que ese fue mi siguiente destino. Lo primero fue acercarme al rinconcito de los limícolas, ese pequeño espacio en el que siempre encuentro varias especies para observar y que, como no podía ser de otro modo, me proporcionó la posibilidad de obtener algunas imágenes con relativa cercanía como la de esta paloma bravía,
o la de este bisbita alpino,
o la de este chorlitejo chico,
o la de este archibebe común,
o la de este precioso ejemplar de combatiente.
El resto de la tarde anduve paseando por la zona localizando los bandos de avutardas para indicárselos a los compañeros que se iban a desplazar al día siguiente.
Ya de vuelta, tras una serie de llamadas telefónicas, confirmé que yo también sería de la partida y, a pesar del tremendo madrugón, disfrutaría de una extraordinaria jornada ornitológica con buenos amigos. Pero esto ya os lo contaré otro día...
jueves, 9 de marzo de 2017
La primavera llama a la puerta, empezando con los "bichos"
Desde que me lo regalaron allá por el mes de diciembre no había encontrado la ocasión de estrenarlo y hoy, después de una intensa jornada laboral, ha surgido el momento en una deslumbrante tarde casi veraniega. A pesar de mi inexperiencia y torpeza el Nikkor 200mm f/4 ED-IF AF Micro responde de forma sorprendente, el día que aprenda a hacer fotos... ufff.
Las aves son complicadas de fotografiar, se mueven, recelan de la presencia humana, son veloces..., por lo que aparentemente la fotografía de insectos me parecía más sencilla ¡Ja!
Los insectos tampoco toleran muy bien a los humanos, son tan inquietos y temerosos como las aves y no resulta especialmente cómodo el intentar sacar los mejores planos.
Pero lo treméndamente gratificante con los resultados, al menos cuando el entorno luce tan espectacular como en esta prematura primavera.
Las abejas, apis mellifera, hiperactivas de flor en flora, ora en el romero ora en el almendro. Cuantos pequeños detalles, que siempre han estado ante nosotras, se descubren con estas imágenes. Desde siempre disfrutando con el perfume del romero y jamás había reparado en la morfología de su flor dispuesta para garantizar la transmisión del polen.
El zapatero, Gerris lacustris, deslizándose sobre la superficie del arroyo con su presa entre las fauces.
Pequeñas muestras del mundo apasionante y casi infinito que se abre ante este aprendiz de fotógrafo.
Las aves son complicadas de fotografiar, se mueven, recelan de la presencia humana, son veloces..., por lo que aparentemente la fotografía de insectos me parecía más sencilla ¡Ja!
Los insectos tampoco toleran muy bien a los humanos, son tan inquietos y temerosos como las aves y no resulta especialmente cómodo el intentar sacar los mejores planos.
Pero lo treméndamente gratificante con los resultados, al menos cuando el entorno luce tan espectacular como en esta prematura primavera.
Las abejas, apis mellifera, hiperactivas de flor en flora, ora en el romero ora en el almendro. Cuantos pequeños detalles, que siempre han estado ante nosotras, se descubren con estas imágenes. Desde siempre disfrutando con el perfume del romero y jamás había reparado en la morfología de su flor dispuesta para garantizar la transmisión del polen.
El zapatero, Gerris lacustris, deslizándose sobre la superficie del arroyo con su presa entre las fauces.
Pequeñas muestras del mundo apasionante y casi infinito que se abre ante este aprendiz de fotógrafo.
domingo, 5 de marzo de 2017
Almenara entre nubes y claros
Tras una semana saturada de trabajo llegaba, por fin, un día de asueto, sin horarios, sin compromisos..., sin sol, bueno, a ratos. Si es que ya lo decía mi abuela: "Siempre llueve cuando no hay escuela". Y así, con la duda de si llovería, de si habría luz, de si soplaría el viento ahuyentando a todo ser viviente, he salido de casa dispuesto a disfrutar todo lo que no he podido a lo largo de la semana.
Eran muchos días sin ir al Marjal de Almenara y, dadas las fechas en las que nos encontramos, cabía la posibilidad de que hubiesen novedades en las poblaciones de animales así que, antes de aventurarme a cualquier otro espacio natural más alejado, esta ha sido mi decisión, recorrer sin ninguna prisa todos los rincones de este humedal valenciano.
La primera sorpresa ha surgido antes siquiera montar la cámara, cuando una comadreja ha cruzado delante de mi vehículo el camino agrícola por el que circulaba, el rinconcito se prestaba al disfrute de los pájaros y desde el momento en el que he llegado la música insistente de los serines verdecillos me ha acompañado.
También conformaban la orquesta las currucas, cabecinegras y
capirotadas.
El contrapunto lo ponía un buitrón encaramado a lo más alto de un árbol seco.
Pegado a mi, acompañándome en el patio de butacas como un espectador más que disfrutaba del concierto, se encontraba el petirrojo europeo.
De repente los músicos han dejado de sonar y a modo de telón se ha cubierto completamente el cielo, daba la sensación de que el festival sabatino iba a concluir y por un rato esa sensación ha dado.
Aprovechando que empezaba a chispear he decidido cambiar de emplazamiento buscando nuevos artistas, o viejos conocidos, con los que poder seguir disfrutando. Después de un largo e infructuoso trayecto he acabado llegando al rincón del estiércol donde casi siempre, y hoy no iba a ser una excepción, se puede disfrutar de unos hiperactivos artistas de la captura de insectos, los mosquiteros comunes,
la lavandera blanca,
y el colirrojo tizón.
Nuestros amigos estaban en pleno banquete y a mi me ha entrado el apetito, un pequeño receso y a seguir disfrutando de nuevos amigos.
Y así ha sido, después de muchos meses de no poder ver su llamativa e inconfundible librea, hoy he podido seguir durante un buen rato las evoluciones de la lavandera boyera. Ufff, ya no recordaba lo intensamente amarillas que son.
Otros artistas que han querido participar en mi particular festival de fin de semana han sido el señor y la señora azulón que, sin ningún rubor, han lucido palmito por delante de mi objetivo.
Menos colaboradora, aunque igual de espectacular, se ha mostrado doña garza real, que apenas ha descubierto mi expectante presencia ha decidido continuar con su espectáculo en otro lugar más discreto.
Entre las cañas, intentando llegar a los pulgones que habitan tras las corteza exterior, realizaba un numero de funambulismo el carbonero común.
Otro que también andaba con un número de equilibrio, pero mucho menos exigente, era el estornino pinto observado desde una valla cercana por
la tarabilla europea.
Lejana y esquiva, parece que esté enfada con el mundo, se dedicaba a sus quehaceres la garceta grande que, pese a su enorme timidez, siempre resulta espectacular.
Al final, entre nubes y claros, el marjal de Almenara se ha mostrado generoso como siempre. Los books de cada uno de nuestros artistas los encontraréis en facebook.
Salud y mucha vida.
Eran muchos días sin ir al Marjal de Almenara y, dadas las fechas en las que nos encontramos, cabía la posibilidad de que hubiesen novedades en las poblaciones de animales así que, antes de aventurarme a cualquier otro espacio natural más alejado, esta ha sido mi decisión, recorrer sin ninguna prisa todos los rincones de este humedal valenciano.
La primera sorpresa ha surgido antes siquiera montar la cámara, cuando una comadreja ha cruzado delante de mi vehículo el camino agrícola por el que circulaba, el rinconcito se prestaba al disfrute de los pájaros y desde el momento en el que he llegado la música insistente de los serines verdecillos me ha acompañado.
También conformaban la orquesta las currucas, cabecinegras y
capirotadas.
El contrapunto lo ponía un buitrón encaramado a lo más alto de un árbol seco.
Pegado a mi, acompañándome en el patio de butacas como un espectador más que disfrutaba del concierto, se encontraba el petirrojo europeo.
De repente los músicos han dejado de sonar y a modo de telón se ha cubierto completamente el cielo, daba la sensación de que el festival sabatino iba a concluir y por un rato esa sensación ha dado.
Aprovechando que empezaba a chispear he decidido cambiar de emplazamiento buscando nuevos artistas, o viejos conocidos, con los que poder seguir disfrutando. Después de un largo e infructuoso trayecto he acabado llegando al rincón del estiércol donde casi siempre, y hoy no iba a ser una excepción, se puede disfrutar de unos hiperactivos artistas de la captura de insectos, los mosquiteros comunes,
la lavandera blanca,
y el colirrojo tizón.
Nuestros amigos estaban en pleno banquete y a mi me ha entrado el apetito, un pequeño receso y a seguir disfrutando de nuevos amigos.
Y así ha sido, después de muchos meses de no poder ver su llamativa e inconfundible librea, hoy he podido seguir durante un buen rato las evoluciones de la lavandera boyera. Ufff, ya no recordaba lo intensamente amarillas que son.
Otros artistas que han querido participar en mi particular festival de fin de semana han sido el señor y la señora azulón que, sin ningún rubor, han lucido palmito por delante de mi objetivo.
Menos colaboradora, aunque igual de espectacular, se ha mostrado doña garza real, que apenas ha descubierto mi expectante presencia ha decidido continuar con su espectáculo en otro lugar más discreto.
Entre las cañas, intentando llegar a los pulgones que habitan tras las corteza exterior, realizaba un numero de funambulismo el carbonero común.
Otro que también andaba con un número de equilibrio, pero mucho menos exigente, era el estornino pinto observado desde una valla cercana por
la tarabilla europea.
Lejana y esquiva, parece que esté enfada con el mundo, se dedicaba a sus quehaceres la garceta grande que, pese a su enorme timidez, siempre resulta espectacular.
Al final, entre nubes y claros, el marjal de Almenara se ha mostrado generoso como siempre. Los books de cada uno de nuestros artistas los encontraréis en facebook.
Salud y mucha vida.
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