domingo, 3 de mayo de 2020

26 de junio de 2018, de Mindo a Canoa.

Tras un par de días de maravilloso pajareo en la espectacular y frondosa Mindo, a la que tengo que volver más pronto que tarde, tocaba poner rumbo al océano.

Miguelito, que es un enamorado de la costa pacífica de Colombia, quería saber si Ecuador disfrutaba de la misma exuberancia ribereña, por lo que al salir de Mindo nos dirigimos hacia el norte poniendo rumbo a Esmeraldas.

Tras unos primeros kilómetros de carretera, ya sabéis, buen asfalto pero con ocasionales agujeros negros capaces de engullir una furgoneta, acabamos circulando por una pista de tierra kilómetros y kilómetros atravesando enormes plantaciones de cacao y palma, el cáncer de los países tropicales.

Tres en la... ¿carretera?

No iba a ser una jornada especialmente pajarera, nuestro interés estaba en llegar a la costa norte de Ecuador para ver si era tan increíblemente frondosa y aislada como la colombiana, aunque si tuvimos ocasión de disfrutar con algunas aves que no habíamos visto hasta entonces, como era el caso del garrapatero ani.

Crotophaga ani (garrapatero ani), La Concordia.

Aunque a los que más cerca pudimos ver y fotografiar fueron los omnipresentes zopilotes negros, siempre atentos a los posibles atropellos que pudiesen haber en la calzada.

Coragyps atratus (zopilote negro), La Concordia.

Coragyps atratus (zopilote negro), La Concordia.

Tras un laaaaargo recorrido por aquella bacheada pista volvimos a encontrar una carretera más o menos convencional, con la salvedad de los tremendos pasos elevados que, con nuestro minicoche, teníamos que abordar en diagonal para no dejarnos los bajos.

Esmeraldas se nos mostró como la ciudad portuaria que es, con una refinería de petróleo e industria química auxiliar. Nada que ver con la inaccesible costa colombiana del Pacífico. Pasamos por su circunvalación sin pararnos tomando ya rumbo al sur en busca de algún destino que nos resultase  más satisfactorio.

Atacames, a unos kilómetros de Esmeraldas se rebeló como el típico destino turístico de sol y playa que tan bien conocemos los españoles, por lo que no nos resulto nada atractiva. Definitivamente distaba un universo entre la preciosa y salvaje costa colombiana y la humanizada costa ecuatoriana.

Otra cosa bien distinta encontramos en Same, un pequeño pueblo de pescadores que nos regaló un par de espectaculares primicias que podríamos seguir disfrutando en días posteriores...,

... los impresionantes rabihorcados magníficos...


Fregata magnificens (rabihorcado magnífico), Same.

Fregata magnificens (rabihorcado magnífico), Same.

... y los espectaculares pelícanos occidentales.



Pelecanus occidentalis (pelícano pardo), Same.

Pelecanus occidentalis (pelícano pardo), Same.

También nos sorprendió encontrar en la playa zopilotes negros pescando algún cadáver en la orilla.


Coragyps atratus (zopilote negro), La Concordia.


Coragyps atratus (zopilote negro), La Concordia.

No nos pudimos entretener mucho más porque nuestra intención era intentar llegar lo más cerca posible de la Bahía de Caráquez, el estuario del río Chone y la Isla Corazón y aun nos quedaban más de doscientos cincuenta kilómetros de una carretera de esas de las que no puedes quitar la vista ni un segundo.

Una larguísima jornada, más de quinientos kilómetros, de la que perfectamente podríamos haber prescindido de trescientos veinte, aunque de vacaciones, en buena compañía, en un exuberante país y sin ninguna prisa... ¿quien no disfruta de cualquier cosa?

Llegados a Canoa encontramos un alojamiento con nombre absolutamente evocador, Hostal Macondo, un espacio amable y tranquilo al que solo pudimos ponerle un pero...


La ducha calambres. Canoa.

... ¡La ducha eléctricaaaaaaagh!


Bienvenido a Canoa.

Canoa, a pesar de sus preciosas playas, aun mantenía el sabor de lo auténtico, de lo sencillo, sin masificar ni prostituir por la especulación turístico/inmobiliaria. Gente amable, deliciosa y sencilla comida y unos precios más que asumibles. Un excelente destino si te gustan el surf y las largas playas de arena sin masificar.


Playa de Canoa.

Ya sabes, si quieres ver alguna foto más (no demasiadas) de este día recorriendo las carreteras del norte de Ecuador, pulsa aquí.

¡Hasta la próxima!


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